Ya es oficial, el colegio se acaba y nuestros hijos tienen por delante más de dos meses de vacaciones. Una de las mayores torturas veraniegas para mí, son las comidas. ¿Qué hago de comer? ¿Cómo consigo una dieta equilibrada en la que no les falte de nada? Y lo más importante ¿Cómo no convertir la hora de la comida en una discusión o en una batalla campal?
El verano requiere una alimentación con un alto contenido en agua y fibra, que permita mantener nuestro cuerpo hidratado, limpio y nutrido. Por eso además de beber mucha agua, es conveniente también tomar entre horas zumos y batidos fresquitos, si son naturales muchísimo mejor. Por supuesto, la fruta que en verano es tan diversa y apetecible, es uno de los indispensables. La sandía, el melocotón, los albaricoques… ¿no se os hace la boca agua?
-Si a vuestros hijos les gusta el gazpacho tenéis un aliado en la cocina. Este plato, elaborado a base de hortalizas frescas, nos aporta un montón de beneficios con muy pocas calorías. ¿Sabíais que previene los resfriados? El gazpacho contiene Vitaminas A, E y C, principalmente por el pimiento y tomate que defienden nuestro cuerpo frente al típico constipado veraniego. Además aumenta las defensas gracias al ajo que actúa como un antibiótico natural que ayuda a incrementar las defensas del organismo contra bacterias y virus.
-Las ensaladas surtidas, ya sean de pasta, o de verduras, nos abren un abanico increíble de posibilidades a la hora de preparar un plato variado, con mucho color y que seguro les va a encantar. Desde hojas de espinacas, o rúcula, a manzana, piña, incluso sardinillas en aceite, con alto contenido en hierro o pollo a la plancha… las ensaladas admiten todo tipo de ingredientes y mezclarlos como quieras. Los niños sólo ven un plato, que contiene de todo, con mucho color y que en seguida les entra por lo ojos. Además, les puedes proponer que ellos elijan sus propios ingredientes y elaboren su ensalada particular.
-Un plato fresquito que me encanta preparar es el pastel de pan bimbo. Os cuento como lo hago: en una fuente poned rebanadas de pan de molde sin el borde muy juntas. Después añado tomate pasado por la batidora sin que quede líquido y jamón serrano a trocitos. Ahora se cubre con otra capara de pan de molde sin corteza y unto la parte superior con mahonesa. Añado atún, aceitunas, pepinillo y anchoas. Vuelvo a untar mahonesa en el pan de molde y cubro esta capa de ingredientes. Nuevamente añado esta salsa y decoro con lo que más me apetezca: lechuga, tomatitos cherry, anchoas… Este pastel da mucho juego, porque le podéis poner lo que queráis, más les guste a los niños y hacer la receta propia.
-¿Legumbre en verano? Seguro que es lo que menos apetece pero si no habéis probado los garbanzos con patatas fritas, os estáis perdiendo una forma diferente de comerlos, y estoy segura que a los niños les va a encantar. En una sartén freís patatas a cuadraditos y unos ajos. Para que se más fácil. podéis comprar un bote de garbanzos cocidos. Los escurrís muy bien,se los añadís a las patatas fritas y lo rehogáis. Les van a encantar
¿Tenéis alguna receta especial que hagáis en verano? Podéis compartirla con nosotros
¡Feliz verano!